Escritorios virtuales: herramientas para trabajar en la Nube

La Nube está de moda y los escritorios son un
servicio más para abandonar el modo off-line e instalarnos 100% en la
Red. Analizamos siete escritorios virtuales para que elijas aquel que mejor se adapte a tu día a día en Internet.
Escritorio virtual, web desktop, webtop… son términos que encontramos de vez en cuando navegando por Internet. Pero, ¿qué es realmente un escritorio en la Nube? Las aplicaciones analizadas en nuestra comparativa pretenden darnos su propia respuesta, cada una desde su punto de vista. Al no existir un acuerdo claro sobre su definición y qué características y funciones debe contener en esencia, la oferta es variopinta. Si bien esto a priori crea una cierta confusión a la hora de abordar el producto, presenta la ventaja de que es más sencillo encontrar entre tanta variedad una herramienta que se adapte a nuestras necesidades.
Idealmente, debería a su vez contener herramientas para desarrollar aplicaciones desde la propia Nube, de manera que el uso local del PC se hiciese innecesario. Aunque esto es la teoría sobre el papel, lo cierto es que la creciente adición de servicios en los sistemas de almacenamiento actuales y las carencias de aquellas aplicaciones catalogadas como escritorios virtuales hacen que la línea que los separa sea a veces muy delgada.

A veces, la línea que separa un servicio de almacenamiento en la Nube de un escritorio virtual es difusa; no obstante, el último debe contar con herramientas de trabajo con ficheros.
Una de sus líneas de diseño más características es su entorno gráfico: pretendidamente similar al que contemplamos en cualquier PC. En este grupo, encontramos eyeOS, Glide OS, ZeroPC Cloud Navigator, OOdesk y SilveOS. Al margen de ellos, otras aplicaciones que parten de bases sensiblemente diferentes también se catalogan bajo la etiqueta de escritorio virtual, como Linkovery, iGoogle y Museum Box.
En el caso de Linkovery podríamos hablar más bien de una idea que refleja el concepto de «escritorio virtual móvil», dado que está inspirado en el acceso rápido a las aplicaciones que se realiza desde teléfonos inteligentes y tabletas. iGoogle sigue una línea similar, aunque opta por los gadgets como parte fundamental de la personalización de la herramienta, lo que nos permite configurar un escritorio intermedio entre un sistema operativo web y aplicaciones tipo Linkovery. Por último, Museum Box se desmarca un poco de todo lo anterior y opta por organizar la información, independientemente de su naturaleza, en espacios separados.

La segunda es el escepticismo de los usuarios finales y empresas ante los mecanismos de seguridad y confidencialidad. ¿Estamos dispuestos a dejar en manos de terceros el control sobre la integridad y privacidad de nuestros datos, tanto personales como corporativos? Trasladar nuestro PC o la red informática de nuestra organización a Internet conlleva una serie de riesgos que escapan de nuestro control y necesitamos un mayor compromiso por parte de las empresas desarrolladoras de software para depositar nuestra confianza en ellas.

Todavía el usuario no confía plenamente en los sistemas de seguridad diseñados para proteger sus contenidos en la Red.
No obstante, los escritorios virtuales sí son un buen complemento a
la versión off-line que nos permitirá ganar ubicuidad y funcionalidades
sociales y, en la mayoría de casos, guardar copias de seguridad
de nuestros archivos en la Nube. Desde nuestro punto de vista, de cara
al futuro, su éxito y popularización pasan por una fuerte integración con los sistemas de almacenamiento actuales
(SkyDrive, SugarSync, Google Drive…) y las suites de herramientas en
línea (Google Docs, ThinkFree, Aviary…), buscando desde varios frentes
la viabilidad del trabajo colaborativo y asegurando al usuario final la
confidencialidad de sus datos.
Fuente: http://www.pcactual.com/
Escritorio virtual, web desktop, webtop… son términos que encontramos de vez en cuando navegando por Internet. Pero, ¿qué es realmente un escritorio en la Nube? Las aplicaciones analizadas en nuestra comparativa pretenden darnos su propia respuesta, cada una desde su punto de vista. Al no existir un acuerdo claro sobre su definición y qué características y funciones debe contener en esencia, la oferta es variopinta. Si bien esto a priori crea una cierta confusión a la hora de abordar el producto, presenta la ventaja de que es más sencillo encontrar entre tanta variedad una herramienta que se adapte a nuestras necesidades.
Más que simple almacenamiento
Lo primero que nos planteamos es: ¿en qué se diferencia un escritorio de un sistema de almacenamiento en la Nube? En principio, el primero debe proporcionar herramientas de trabajo con los archivos y no un mero espacio para guardarlos, por muy sofisticado que éste resulte. Además, ha de integrar otro tipo de aplicaciones web (cliente de correo electrónico, redes sociales…) y funciones típicas, como reloj, calculadora, calendario, juegos..., y todo aquello que podríamos desear off-line.Idealmente, debería a su vez contener herramientas para desarrollar aplicaciones desde la propia Nube, de manera que el uso local del PC se hiciese innecesario. Aunque esto es la teoría sobre el papel, lo cierto es que la creciente adición de servicios en los sistemas de almacenamiento actuales y las carencias de aquellas aplicaciones catalogadas como escritorios virtuales hacen que la línea que los separa sea a veces muy delgada.

A veces, la línea que separa un servicio de almacenamiento en la Nube de un escritorio virtual es difusa; no obstante, el último debe contar con herramientas de trabajo con ficheros.
Distintas aproximaciones
El núcleo duro de las filosofías en las que se basan los webtops lo componen los denominados sistemas operativos web o web OS. Pese a que en la literatura internauta suelan presentarse como sinónimos, nosotros hemos preferido utilizar el término escritorio virtual en un sentido más amplio que también incluya otras propuestas diferentes. Los web OS aspiran a reproducir las funciones de un sistema operativo convencional a través de una herramienta en línea. Lo único que en principio necesitas es un navegador web y un punto de acceso a Internet, aunque sí es cierto que algunos exigen instalar localmente algún tipo de software para hacer uso de ciertas funciones.Una de sus líneas de diseño más características es su entorno gráfico: pretendidamente similar al que contemplamos en cualquier PC. En este grupo, encontramos eyeOS, Glide OS, ZeroPC Cloud Navigator, OOdesk y SilveOS. Al margen de ellos, otras aplicaciones que parten de bases sensiblemente diferentes también se catalogan bajo la etiqueta de escritorio virtual, como Linkovery, iGoogle y Museum Box.
En el caso de Linkovery podríamos hablar más bien de una idea que refleja el concepto de «escritorio virtual móvil», dado que está inspirado en el acceso rápido a las aplicaciones que se realiza desde teléfonos inteligentes y tabletas. iGoogle sigue una línea similar, aunque opta por los gadgets como parte fundamental de la personalización de la herramienta, lo que nos permite configurar un escritorio intermedio entre un sistema operativo web y aplicaciones tipo Linkovery. Por último, Museum Box se desmarca un poco de todo lo anterior y opta por organizar la información, independientemente de su naturaleza, en espacios separados.

Falta de confianza del usuario
Pese a los esfuerzos de sus creadores, tanto los sistemas operativos web como otras fórmulas alternativas de escritorio virtual no han acabado de encontrar su hueco en el mercado. Existen básicamente dos razones para ello. La primera es la falta de percepción de utilidad. Como ya hemos apuntado anteriormente, actualmente las funcionalidades de los sistemas de almacenamiento son avanzadas y cubren sobradamente las expectativas sobre la Nube de muchos internautas.La segunda es el escepticismo de los usuarios finales y empresas ante los mecanismos de seguridad y confidencialidad. ¿Estamos dispuestos a dejar en manos de terceros el control sobre la integridad y privacidad de nuestros datos, tanto personales como corporativos? Trasladar nuestro PC o la red informática de nuestra organización a Internet conlleva una serie de riesgos que escapan de nuestro control y necesitamos un mayor compromiso por parte de las empresas desarrolladoras de software para depositar nuestra confianza en ellas.
Una mirada al futuro
Como conclusión, hoy en día nuestro escritorio local no es 100% sustituible en la Nube debido especialmente al almacenamiento limitado que ofrece la gran mayoría de webtops y al poco desarrollo de sus aplicaciones propias. De momento, no son, por tanto, una opción que tenga visos de desbancar los servicios que nos proporciona el PC.
Todavía el usuario no confía plenamente en los sistemas de seguridad diseñados para proteger sus contenidos en la Red.
Fuente: http://www.pcactual.com/
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